Si alguna vez intenta cocinar pilaf en una olla de cocción lenta, es probable que ya no quiera cocinarlo en la estufa. En primer lugar, es muy conveniente: en un tazón alto, la comida se fríe sin salpicaduras de grasa en todas las direcciones, la cocina permanece limpia. En segundo lugar, la concentración del sabor del pilaf es más pronunciada, ya que todos los jugos y aromas de los ingredientes permanecen dentro del bol, sin salir al exterior. En tercer lugar, la multicocina calienta el pilaf de manera delicada y uniforme en toda su superficie: el arroz resulta quebradizo y suave en todo el plato.